El chimpancé fue agregado a la lechigada y aceptado sin ningún inconveniente por su nueva madre.
Él también se adoptó muy bien, a tal punto que come como sus hermanos cachorros en un plato, mientras juega y duerme con ellos cada día.
Usando un pañal grande, el chimpancé abraza a su nueva mamá constantemente, acariciando sus orejas. Al parecer está muy contento, ya que toma una siesta regular contra su vientre peludo.
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