El clavadista alemán Stephan Feck tuvo una muy mala pasada en los Juegos Olímpicos Londres 2012, cuando falló en su salto y cayó de espaldas a la piscina.

El joven comenzó bien su performance, balanceándose correctamente sobre el trampolín, y elevándose para dar dos vueltas y media en el aire.

Luego cuando su cuerpo debía posicionarse verticalmente para entrar en el agua, un error de fuerzas hizo que quedara horizontalmente y cayera de espaldas, lo cual debe haber significado un doloroso encuentro con la piscina.

De todos modos, lo que más le debe haber dolido a Feck fue el puntaje, ya que quedó en el puesto número 29 de 29 competidores.