Ahora, ambas ficciones llegan al cable a través de la señal Volver.
A partir de las 22 se verá “Culpables”, con las actuaciones de Mercedes Morán, Susú Pecoraro, Alfredo Casero, Diego Peretti, Soledad Villamil, Fernán Mirás y Gabriela Toscano. La historia está construida en base a 3 parejas de amigos y una mujer recién separada, todos rondando los treinta años, a excepción de dos mujeres ya entradas en los cuarenta. La primera de las parejas atraviesa una crisis pasional. El otro matrimonio está compuesto por Diego Peretti y Soledad Villamil, que sin atravesar problemas entre la pareja, deberán afrontar la falta de trabajo de él y la presión familiar. La tercera está formada por Susú Pecoraro y Fernán Mirás. Ella recién divorciada de un marido golpeador, tiene una hija lesbiana (Florencia Bertotti) que a su vez tiene a su pareja (Gloria Carrá). Cierra el círculo de amigos Mercedes Morán, quien interpreta a una mujer cuarentona que busca constantemente el amor que no llega. Esta serie ganó 4 premios Martín Fierro y el Martin Fierro de Oro.
“Durmiendo con mi jefe” es la otra ficción que comenzará a las 23 y está protagonizada por Guillermo Francella, Luis Brandoni, Andrea Pietra y Patricia Palmer. Oscar Tzisca (Francella) es un buen contador y un muchacho de barrio. Ocupa un departamento, exactamente por encima de una casa con patio, donde viven su madre y su hermana. Las mujeres tienen una peluquería en la casa y la razón de sus vidas es impedir que Tzisca se case después de once años de noviazgo, con Olga (Pietra), peluquera también, a la que las mujeres de la familia odian.
Tzisca es un empleado responsable, mantiene un perfil bajo y defiende su puesto de trabajo con uñas y dientes. La empresa donde trabaja lleva el nombre de su jefe, dueño y fundador: Enzo Tempone. Tempone (Brandoni) es un peso pesado de la publicidad, un visionario que de la nada levantó un imperio y aún maneja campañas multimillonarias. A Tempone le ha ido mejor en los negocios que en su vida de familia. La mujer de Tempone, harta ya de muchos engaños, decide quitarle todo, inclusiva la empresa. Es así como en el primer capítulo, el empresario se queda sin auto, sin casa y sin familia y su empleado será quien le dará refugio en su casa, tal vez para siempre.
