La Justicia de Morón rechazó el pedido de extradición de la actriz Moria Casán a Paraguay en la causa por el robo de joyas.

Lo  decidió el Juzgado Federal 3 de Morón, donde Moria se presentó junto a sus abogados Matías Morla y Víctor Stinfale.

Tomó parte de la audiencia el empresario Luciano Garbellano, ex representante de la vedette e imputado en el hecho.

El caso se produjo el 27 de julio de 2012 cuando Moria  actuó en un desfile en el Centro de Convenciones de la Conmebol, en Asunción.

La Justicia paraguaya pedía que: “los implicados viajaran a Asunción para dejar una firma y así dejar asentado su intervención en la causa”, pero la vedette ya había arreglado con el empresario y joyero Armando Benítez, de manera extrajudicial, tras el pago de 70 mil dólares.

Benítez denunció ante la Fiscalía que sus joyas no fueron devueltas como habían convenido.

Luciano Garbellano, ex socio de Moria Casán, habló de la situación de las joyas desaparecidas en Paraguay y afirmó que Benítez, el dueño, hacía réplicas de alhajas.

“Para mí, esto es una estupidez”, afirmó Garbellano, y dijo que el valor de las joyas está exagerado ya que el dueño se dedicaba a hacer réplicas. “Benítez me dijo que costaban entre 300 y 400 dólares”, dijo,

“Uno de los abogados de él me contó que una empleada doméstica le robó un Rolex y se lo vendió al joyero por 500 dólares”, añadió.

“A mí no me importa lo que piensa la gente. Acá faltó algo del camarín. ¿Quién se lo llevó? No sé. El responsable de determinar eso es la justicia, pero se excedieron. Los fiscales, en lugar de hablar por TV deberían hablar por sus sentencias. Le permiten a la televisión tener acceso a una declaración de un imputado. Cada uno reacciona como puede cuando está por enfrentar ocho años de cárcel”, dijo sobre el caso.

Luego, explicó su relación con Moria Casán, a quien desvinculó del crimen, y criticó a su entorno, que lo acusó. “¿Se creen que Moria tiene necesidad de hacer todo esto?”, dijo.

En cuanto a las personas más cercanas a la diva, Garbellano consideró que “sacando a Galo, los demás son todos una manga de adictos. Moria debería pagarle un tratamiento ambulatorio a todos los que trabajan con ella”.

“Yo no formo parte del entorno de Moria. Ninguno de los dos sabemos cómo es el futuro de los negocios que tenemos. Los periodistas tienen que ser los últimos en enterarse. Qué le importa a la gente si me separo o no comercialmente de Moria”, finalizó.

Olga Insaurralde, la escribana que debía constatar las joyas que lució Moria Casán fueran devueltas a su dueño, explicó el proceso en el que las alhajas desaparecieron.

“Donde están las joyas, yo no sé. Me constituí en la Conmebol para la entrega de las joyas, no ví cuando se las puso pero se las puso durante toda la función. Ella dijo ‘estas son las joyas, que después las tengo que devolver’”, explicó en diálogo con el programa Por la gente, que se transmite en AM 1420.

Luego del evento, relató, en el camerino “no atiende el guardia, quería que entremos por grupos, en ese momento sale un grupo de gente y entramos. La señora Moria no tenía las joyas. Se sacaba igual fotos, y después ahí le requiero las joyas y dice ‘ah, yo no sé’. ‘Ah, las puse en el estuche, habrá llegado algún rufián’”.

Cuestionada por el panelista de espectáculos, Alejandro Pombo, sobre si escuchó a Luciano Garbellano a Armando que le iba a devolver las cosas, explicó: “Él [Armando, dueño de las joyas] me llamó por teléfono, era una situación que nadie se esperaba. Llamó por teléfono, denunciá. Decían ‘no te preocupes, las vamos a encontrar’”.

“Le dije al señor Armando que vamos a hacer tiempo hasta las 10 de la mañana, que sino iba a llamar a la comisaría, a la prensa. Esa fue la última llamada y nadie se comunicó”, agregó.

Ademas, Insaurralde explicó por primera vez un dato desconocido: las joyas tenían valor sentimental. “[El dueño] Quería que se hiciera todo con un escribano porque era un regalo para su esposa”, explicó.

La fiscalía paraguaya que está a cargo de la investigación del robo de joyas en Asunción, que involucraron a Moria Casán, tiene en sus manos una prueba que puede complicar la declaración de la vedette argentina.

Moria había dicho que se quitó en su camarín la gargantilla y los aretes de zafiros, valuados, según el empresario Armando Benítez, en 80 mil dólares y que alguien los pudo haber robado dado el gran tránsito de personas que había en el momento.

Pero un video de las cámaras de seguridad del lugar, dan cuenta de que “no se ve a tantas personas en el pasillo ni tampoco hubo mucho movimiento en el camerino”, según la prensa local que tuvo acceso al material.

“Los informantes aclararon que en la cinta no se aprecia quién tomó las joyas, porque no había una cámara dentro del camerino”, agregan los informes periodísticos.

Esta evidencia complicaría la situación procesal de Moria Casán, su socio Luciano Garbellano y el asistente de la vedette.